¿Quienes Somos?
Una historia que continua
Mi historia no existiría si no hubiera conocido a lo que llamo cariñosamente, los ‘pequeños héroes’.
Durante toda mi vida he intentado salir del camino de lo convencional que supongo nos enseñaron a todos.. tienes que estudiar, trabajar, formar una familia tradicional, consumir y vivir con todas las comodidades que nos da nuestra sociedad, en definitiva “sentar la cabeza”, pero a medida que pasaba el tiempo e iba cumpliendo algunas de esas “metas volantes”, sentía en mi interior que no me satisfacía la vida que llevaba… sentía que la semana no consistía en dejar correr los primeros 5 días como pudiera y esperar con ansia al Viernes para el Domingo estar “de bajón” para desear un nuevo viernes.
Sentía que tenía inquietudes, curiosidad, me encantaba la gente y me gustaban los viajes, por supuesto que también tenía temores e incertidumbre, pero elegí poco a poco ir alargando mi cordón umbilical, seguir mi intuición y empezar a crear nuevos contactos y amistades, y descubrir por dónde me llevaría este nuevo camino.
El pequeño gran paso fue empezar a viajar de forma distinta.
Empecé a viajar como voluntario, mi primera experiencia fue en Madrid, en el “Hospital Niño Jesús” allí conocí la “Fundación Aladina”, una extraordinaria organización orientada en la ayuda de niños y adolescentes que luchan contra el cáncer, poco a poco fui conociendo historias y personas como tu y yo que un día la enfermedad las eligió sin más, créeme, sin más.
Elena, un bebé de 18 meses, fue uno de mis primeros contactos directos con una paciente, al verla, tan pequeña, en una cama tan grande, rodeada de tubos y sondas, me quedé mirándola sin saber muy bien que hacer ni decir, el corazón se me puso como un puño, en ese mismo momento, esos segundos que estuve allí de pie a su lado, fueron suficiente para darme cuenta de que esto iba en serio, ella me miró y me sonrió, al poco vi la niña preciosa que era y empezamos a hablar, bromear y jugar, desde ese día en 2009, establecí uno de esos pactos conmigo mismo y no he dejado de visitarles.
A los dos años hice mi primer viaje de voluntariado internacional, fue en la India, os podéis imaginar, vivían 500 niños en un orfanato, jugando y comiendo en el mismo suelo.
Yo iba a dar lo que podía y a ayudar, pero quienes realmente me dieron fueron ellos a mí. A raíz de esta bonita experiencia regresé a casa, pero cuando ahorraba los suficiente y el calendario me lo permita visité otros destinos en Asia y en Africa.
En África estuve en orfanatos y en escuelas y conocí muy de cerca el funcionamiento de pequeñas ONG’s que hacen una labor callada y silenciosa de enorme valor, pero que por desgracia no es suficiente, la ayuda política en sus países no es la que todos desearíamos, pero pude comprobar que las ayudas que enviamos SI LLEGAN.
He conocido historias desgarradoras de niños abandonados, que ven como normal el no tener comida y que cuando les preguntas qué es lo que más desean en el mundo, te contestan: “Mi sueño es ir a la escuela”.
Ir al colegio en muchos lugares del planeta es imposible. Tras mi experiencia en el voluntariado, comenzó mi sueño, crear PROYECTO JUNTOS.
Creo firmemente que todos tenemos la responsabilidad de hacer algo, por pequeño que sea, para lograr que el sueño de muchos niños se haga realidad, pero también creo que sólo se puede conseguir si estamos JUNTOS.





